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· España en el inicio del Renacimiento
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· Españolidad de Miguel Servet

 

EL PUEBLO DE VILLANUEVA DE ARAGÓN

¿Cual sería el ambiente en el pueblo?. Podemos considerar que no muy distinto los que tuvimos los de mi edad. Entonces como hace 50 años, se cavaba con azada, se sembraba a mano, se labraba con el arado romano, se segaba con hoz o dalla, se trillaba las eras, se aventaban con horcas, ...

Los niños sin TV, video, DVD, Internet,... jugarían como nosotros, bañandose en el rio, pescando a mano madrillas y anguilas, haciendo con mimbres y cañas: arcos, flechas, espadas, lanzas y flautas. Con los huesos de alberge silvatos, tirando piedras...

Seguramente su ambiente era mejor, existía el monasterio en plenitud de vida donde habían y acudían nobles, hombres de armas, monjes y freires, obreros de todas las especialidades, títeres, danzantes, autómatas, animales amaestrados, transportistas con carros de las más diversas mercancías y un hospital en Villanueva con enfermos y hospitalarios, donde los niños podían asombrarse y curiosear.

Los habitantes de Villanueva crecían desde su infancia entre magníficas pinturas, retablos y sepulcros blasonados y observando la creación y ejecución de obras maestras. Desde 1515 a 1519, cuando Serveto tenía entre cuatro y nueve años, se encontraba El Maestro de Sigena pintando el Retablo mayor de la Iglesia, ¿Cuánto les asombraría a los niños ver esta creación artística?. De este retablo se conservan cuatro tablas en el Museo de Bellas Artes de Huesca, que son: la Visitación, Nacimiento de la Virgen, Anunciación y el Abrazo ante la Puerta Dorada. La dimensión de cada tabla es de 174 x 131 cm. También hay dos tablas representando a San Pedro y San Pablo de 156 x 76,5 cm en el Museo Diocesano de Lérida. El resto se quemó.

Ahora nosotros como Miguel Serveto podríamos evocar con las mismas palabras nuestro pueblo: "... por entre las brumas de la memoria, cada vez más tambaleante me llega a ratos la luz de mi pueblo, Villanueva de Aragón. Percibo la luminosidad especial de un cielo plano y limpido en los veranos y el olor a mieses, que llenaron mis sentidos para siempre, y que atesoro en el origen de mis recuerdos, desde que jugaba con niños por las calles y campos del sitio donde abrí por primera vez los ojos".

Los de mi edad no estamos muy lejos de entender su niñez, aunque no llegamos a comprender como pudo aprender en Villanueva y a temprana edad las tres lenguas bíblicas además de saber castellano, lemosín, y tener conocimientos de matemáticas, geografía, teología y demás.

ESPAÑA EN EL INICIO DEL RENACIMIENTO

La vida de Serveto coincide con el Renacimiento, estapa de gran esplendor y gran actividad en las Ciencias, las Letras y las Artes. Los Estados crean una burocracia y ejercitos permanentes. Se revaloriza la Antigüedad clásica, afirmando el individualismo. Hay un auge de las universidades y se producen grandes descubrimientos científicos.

España es la mayor potencia mundial y sus posesiones en todo el munod se van ampliando con los descubrimientos y conquistas. Se aproxima el momento en que Felipe II puede decir que "en España no se pone el Sol". Esto le acarrea guerras con Francia (4 durante la vida de Miguel Servet), contra los Protestates, el Islam (turcos y piratas berberiscos) y la conquista del Nuevo Mundo.

Al contemplar a España en este tiempo, lo primero que salta a la vista como característica más sobresaliente es un profundo fervor religioso. Marcelino Menéndez Pelayo en su Historia de España dice: "... la grandeza material, la extensión de sus dominios, su riqueza, es nada en comparación con el gran principio de unidad católica y latina...". La enseñanza escolástica permanecía confinada entre los muros de los conventos y monasterios. Cada Orden interpretaba a su manera los textos antiguos. El clero regular tuvo el cetro de la cultura; la exégesis comenzo a conmover sus disciplinas. Mientras el Papa se rodea de pompa y esplendor, los espirituales y pobres franciscanos, profetizan apocalípticamente la destrucción del papado, como preludio de la restauración del Cristianismo. Los reformistas y protestantes se enfrentan a Roma y las herejías se multiplican.

ELUCUBRACIONES

Miguel Serveto Conesa, alias "Revés", niño prodigio como iba a ser, debió de contar sus días de gestación, por lo que tuvo que ser concebido matemáticamente, el día de los Santos Inocentes de 1510, es decir en las Navidades más tristes del Monasterio. Las soores, sus vecinos y familia acababan de ser excomulgados y su padre Antón, notario real, que en 1498 había certificado el fin de un pléito semejante se vió involucrado en otro en el que forzosamente tuvo que intervenir por sus conocimientos y autoridad, asesorando a las monjas

Nos cuesta situarnos en aquella época en el Monasterio de Sigena, vislumbrar su esplendor; habitado por gentes de toda condición, conocimientos y oficios, además de visitado por viajeros; unos nobles, otros transportistas, cómicos y comerciantes. El fluir de noticias o bulos sobre nuevos conocimientos y tierras descubiertas; la llegada de curiosidades de ultramar, y en un medio rural, ¿cuánto le sorpredería la llegada de las patatas, el panizo, los tomates y el tabaco?, ¿cuándo vieron fumar por primera vez?, ¿cuánto había de aventurismo con la ilusión de enriquecerse conquistando nuevas tierras?, ¿cómo se vivía la sublevación de los Comuneros, las Germanías y las continuadas guerras con Francia?, ¿en qué influían "las caravanas" de la Orden de Malta?. Todo esto tenía que marcar a Serveto niño.

Su padre, primer educador, tuvo que conocer prontamente las cualidades intelectuales de su hijo y lo oriento y dirigió en sus estudios, haciendo también que lo acompañara en sus frecuentes viajes por el Señorío del Monasterio, a monasterios y ciudades próximas donde tenía que certificar y tratar sobre escrituras, impuestos y pregueras.

En el Monasterio tenía suficientes libros en su biblioteca y fundamentalmente unos monjes-soldados retirados de sus caravanas contra turcos y berberiscos que habían "visto mundo", navegando y luchando permanentemente en contacto con "lenguas" (la Orden se dividía en siete lenguas según el pais de origen de los caballeros) y culturas diversas, amigas y enemigas, y que en su vejez y celibato, tenía que agradarles "narrar batallitas" a un niño tan atento y ávido de conocimientos.

Desde su más tierna infancia asiste a las discusiones teológicas, las críticas a las distintas formas de entender la religión, desde la más rica a la más humilde y sacrificada. Quedan residuos sobre todo en el Monasterio de mozárabes y judíos recien convertidos. Empieza a penetrar en España ideas luteranas, erasmistas y herejes. La Inquisición actúa. Y sobre todo las peleas con el Obispo de Lérida para que se levante la excomunión, lo que tenía que provocar insultos, palabras acaloradas, sin admitir la obediencia a una autoridad que se consideraba injusta.

En su niñez se descubre el Pacífico, los portugueses llegan a China y se produce la unidad dinástica de España con la incorporación de Navarra. Es el tiempo de Maquiavelo, Thomas Moro, Erasmo, Tiziano y Rafael. Y también de los reformadores religiosos: Lutero, Zwinglio, Melantchon, con los que después se iba a confrontar. Se ocupa y conquista México y Venezuela.

Cuando entra al servicio del clérigo Quintana en la Corte, su bagaje cultural ya es extenso para su corta edad y asiste a los "puntos más calientes de la actualidad" en España, como la reunión erasmista de Valladolid. El "erasmismo" provoca una fuerte corriente de libertad religiosa. Erasmo partidario de un cristianismo sencillo, apegado a los ideales de pureza evangélica, impregno el mundo de los letrados y de los humanistas y provoco la aparición de los "alumbrados", que posteriormente renacería con la heterodoxia de los "quietistas", propagada por el también aragonés, de Muniesa, Miguel de Molinos (1628), y también perseguido y condenado por la Inquisición. Machado dijo que España era la Patria de los "cuatro migueles": M. Serveto, M. de Cervantes, M. de Molinos y M. Unamuno.

Tiene noticias de la aparición del anabaptismo en Alemania y posteriormente en Suiza (herejía con la que algunos consideran que Servet estaba de acuerdo). Comienza la revuelta campesina en Alemania y el desmembramiento de los territorios de la Orden Teutónica. Esta situación suya en la Corte ,en medio de problemas y discusiones le tuvo que aportar muchas enseñanzas.

Cuando va a estudiar a Toulouse se encuentra, según abundantes testimonios con "una ciudad que parecía un templo; imágenes, crucifijos y reliquias se exibían en todas partes; las procesiones en número extraordinario rivalizaban en pompa y explendor". Otro historiador agrega: "es suficiente para ser condenado como hereje, el no haberse quitado la gorra delante de una imagen o no haber hecho la glenuflexión al sonar la campana que llama al Ave María", "...todo hombre estudioso era espiado y considerado como sospechoso de herejía".

En Toulouse había más de 10.000 estudiantes que procedían de todos los países de Europa y que traían con ellos libros protestantes y la Biblia no expurgada, aunque la represión fue dura, es normal tanto entonces como ahora, que sean los estudiantes los más críticos y reticentes contra las normas autoritarias establecidas. Serveto debió de intervenir activamente, pues posteriormente la Inquisición de Toulouse encabeza con su nombre una lista de 40 personas perseguidas.

Vuelve al servicio de Quintana, ya confesor de Carlos I, y con el sequito imperial recorre Italia y Alemania, asistiendo a las mayores muestras de grandeza y boato. Serveto, que en su fuero interno alimentaba deseos de sencillez evangélica y se declaraba partidario de un culto cristiano sin oropeles, se encuentra con la apoteosis de la coronación imperial por un Papa, que exhibe la mayor de las pompas mundanas. Italia estaba infestada de herejes y es muy posible que Serveto con su vehemencia juvenil dialogara y discutiera con ellos sobre sus inquietudes teológicas.

ESPAÑOLIDAD DE MIGUEL SERVET

Ya no volvería a España, pero sus recuerdos infantiles y juveniles le acompañaran toda la vida. Su españolidad la manifiesta siempre; cuando da su nombre verdadero, agrega del Reino de Aragón en España; cuando cambia su nombre, se apellida Villanovano en recuerdo de su pueblo natal, y se dice natural de Tudela pero de "padres españoles", quizá para aclarar que cuando nació aún no se había incorporado a España el Reino de Navarra.

Entonces España era la mayor potencia, y como hoy Estados Unidos, era envidiada y atacada por todos. Lutero declara que "era mejor tener un turco por enemigo, que un español por amigo", y también en sus ocurrencias de sobremesa con sus discipulos, decía que Serveto era un moro no un cristiano (a los españoles se les llamaba en Europa moros o judíos, por la permanencia de estos en la Península). Zwinglio, jefe de la Reforma en Zurich advierte a Ecolampadio: "ten cuidado, porque la falsa y perniciosa doctrina de ese español es capaz de minar los fundamentos de nuestra cristiana religión...".

Cuando Serveto realiza la traducción latina de la Geografía de Ptolomeo dice: "Colón fue el descubridor de un continente que los españoles gobiernan ahora felizmente. Por eso están tan radicalmente equivocados los que llaman a América a este continente, pues Américo (Vespucio) fue a este pais mucho después que Colón". Escribe también de las "acequias que emplean los españoles" de los "maestres de las Ordenes de Caballería", de la "Institución admirable que llaman Hermandad, pues es una jurada fraternidad de ciudadanos que a toque de campana... y al cogido lo atan vivo al palo y lo atraviesan con flechas" (parece la memorización de cuentos y leyendas infantiles). Que "hay en España ingente número de principes, duques, marquese, condes y barones,..., de España a Galia los mercaderes llevan granos, sedas, piedras preciosas y aromas traidos de la India". "Hay hoy un solo Cesar, Carlos, es dueño de todas las cosas, exceptuando Portugal". Escribe, que aunque Francia supera en producción, España aventaja el sabor y la bondad de sus productos. "...los españoles han adquirido nombre por su valor en la guerra y sus muchas victorias ganadas al enemigo, siendo sufridísimos de hambre, sed y trabajos en la batalla, y muy astutos en las estratagemas; de cuerpo tan ligero que facilmente huyen y persigen al enemigo. De vida frugal, no consumen tanto alimento y bebidas como los galos y germanos, a menos que sean invitados, pues entonces llegan al hartazgo...". "Son clarísimos los españoles en todo el orden, por sus navegaciones oceánicas para descubrir nuevas regiones... hacia el sur fueron los primeros que circunavegaron Africa... hacia occidente descubrieron multitud de islas que sometieron a su Imperio".

De las españolas dice: "... es considerada bárbara por los galos la constumbre de las mujeres hispánicas de perforarse los lóbulos de las orejas con un aro de oro o de plata al que prenden las más de las veces, alguna piedra preciosa. Rodean también su talle con un cinturon de madera, para parecer más pomposas, y no salen de casa si no las acompaña una caterva de criados que las precedan y de criadas que la sigan" (exageraciones que vió de niño en Sigena). "Es de alabar en las españolas que se abstienen mucho del vino, y es de vituperar que deformen su rostro con colírios, minio y cerusa".

También hay juicios no favorables sobre los españoles: "... de ingenio feliz, aprenden infelizmente... se pueden encontrar un español sabio en cualquier sitio más bien que en la propia España". Pero son más mordaces y desagradables con otras naciones, por ejemplo: "Hungría produce ganado; Baviera, cerdos; Suabia, prostitutas; Bohemia, herejes; Baviera, también ladrones; Suiza, verdugos (barrunto profético) y pastores; Westfalia, mentirosos, y toda Alemania, glotones y borrachos".

Es de destacar la españolidad de Serveto, se nota que se siente orgulloso de ella, de la Hispania romana, de la Hesperia griega, y como estos incluye a Portugal. Eran tiempos de unidad, de proyecto conquistador y evangélico, de poder y fortaleza. España era nación cuando en Europa aún no se había formado ninguna.

Se hace llamar español, aún cuando lo insultan, lo denuncian, lo sentencian y lo condenan. Cuando lo detienen e interrogan en Viena del Delfinado, sobre si él es Servet contesta diciendo que se apellida Villanovano y que si firmo algunas cartas como Servet, es porque este es español y escritor como él.

Yo creo como Arner que: "Serveto se nos presenta como una voluntad sana, con misticismo arrebatador y sincero, aún a pesar de aquella, su actitud de rebeldía y estravío antijerárquico, fruto de una mente zarandeada por el vaiven de unas circunstancias político-científico-religiosas". "Mi creencia me permite presumir que Miguel Serveto, condenado por los hombres como hereje, defensor de una doctrina, no fue condenado por Dios... al que amo y dedicó sus pensamientos y trabajos durante toda su vida".

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